Existen protocolos para ciertas cosas que podrían darme igual, o que siempre lo habían hecho...hasta que ves de cerca cómo alguien los vive, y dejas de ser ajeno a ello... a veces hasta se te contagia la emoción...

Un bebé: procesos, protocolos, sentimientos, preparativos, celebraciones, etcétera que implica traer una boca más al mundo... siempre me habían dado igual. Pero es gracioso (y bonito, cuando son personas que aprecias tanto) ver cómo cambian los futuros papás. Cómo sus ojos les brillan o sonríen involuntariamente cuando les preguntas algo del renacuajo que va a nacer. Y comprarle ropita, y ver que cabe en un pañalero de 20 centímetros... y todos esos rollos super cursis pero de los que, de repente, ya no puedes escapar y terminas con la misma sonrisa boba.

Una boda: bueno, hace algún tiempo no estoy presente en todo el rollo que es armar un pachangón de esos... pero la iglesia (o la cita para el registro civil) el vestido, los zapatos, la música del vals, el menú, EL LUGAR!!, ahorrarle para la lunademiel xD, amueblar el huevito donde van a vivir, las invitaciones, el anillo, la pedidademano, la propuestadematrimonio (que puede ser lo más sencillo, lo más "extremo", lo más extraño, lo más cursi, lo más ridículo... como el tipo que consiguió pedirle matrimonio a la mujer en un partido y la fulanita dijo que nimadres...o mi hermano que lo anunció en un altavoz XD queoso!) y así, mil cosas más..

hmm bueno, justo ahora no recuerdo algún otro EVENTO que me pudiera emocionar presenciar... bueno, es que los 15 años jamás fueron ni serán mi hit.