martes

Ale-Alejandra

Qué sentimiento tan contradictorio...
Amo inmensamente a mi hermano y sé la emoción que le provoca ser papá. Sé de sus nervios, sus miedos, su felicidad.
Hay muchas cosas que no me gustan, pero son cosas que a mí no me incumben, en las que no tengo ninguna injerencia.
Adoro el hecho de que mi hermano va a ser papá, adoro el hecho de que voy a ser tía de nuevo.
Siento que mi hermano siente (JA) que no queremos a su bebé porque no fue la primera, no puede estar más equivocado, pero el siempre se ha sentido en desventaja con todos.
Me gustaría poder demostrarle que no es verdad, que lo quiero mucho, que a su hija más. Pero cómo? si su esposa no furula con nosotros? cómo si lo vemos una vez al mes? cómo si cruzamos tres palabras? cómo si hay un muro INMENSO entre nosotros?
Ojalá pueda ver a Alejandra cuando nazca, a la semana, a las dos semanas... y no sólo cuando nazca, cuando se gradúe y cuando se case...
Desde aquí la quiero mucho, desde ya, la extraño. Desde acá, estoy segura que mi hermano le va a dar una infancia más bonita de la que me regaló a mí.

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